Comenzamos el día con un buen desayuno, en el área de descanso de la carretera donde hemos pasado la noche. Y después de elegir el material, realizamos la aproximación a la cabecera del  río Formiga, donde tomamos contacto con el frío elemento el cual, gracias a nuestros neoprenos, podemos soportar durante horas. Nada más terminar el descenso del Formiga nos dirigimos al Gorgonchón, barranco corto, estrecho y intenso, donde nos damos cuenta de la peligrosidad de esta actividad. Y, cómo no, después de las emociones fuertes nada mejor que una cerveza fría y un rato de tertulia.